¡Qué belleza y cuánta bondad hay en la expresión de Jesús!: "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mi".
Juan 14.6
La parábola del Hijo Pródigo, es una parábola de lo que hace el pecado en la humanidad, a diferencia del amor fiel del Padre. Cabe destacar la actitud del hijo que siempre estaba con su Padre, que le servía siempre con rituales, obras buenas, sacrificios, pero su corazón no estaba con él, no sentía gratitud en su corazón, ni compasión.
Bueno es examinarnos en qué posición nos encontramos, somos mentirosos? miramos con lujurias? faltamos el respeto injuriando a otros, fornicamos? hay pecado en nuestra vida? tal vez si miramos a lo lejos, volviendonos de ese camino, vemos los brazos de nuestro Dios y Padre, mirándo si nos volvemos arrepentidos a él, conocedores de que dependemos de el, y reconocemos su amor eterno y fiel.
O tal vez, nos creemos muy espirituales, tanto que superiores a otros, cargados de rituales, pero con el corazón muy envanecido de conocimientos y fabulas de doctrinas de todo viento, pero apartados del Creador.
¡Qué belleza y cuánta bondad hay en la expresión de Jesús!: "Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre, sino por mi".
ResponderEliminarJuan 14.6
La parábola del Hijo Pródigo, es una parábola de lo que hace el pecado en la humanidad, a diferencia del amor fiel del Padre.
Cabe destacar la actitud del hijo que siempre estaba con su Padre, que le servía siempre con rituales, obras buenas, sacrificios, pero su corazón no estaba con él, no sentía gratitud en su corazón, ni compasión.
Bueno es examinarnos en qué posición nos encontramos, somos mentirosos? miramos con lujurias? faltamos el respeto injuriando a otros, fornicamos? hay pecado en nuestra vida? tal vez si miramos a lo lejos, volviendonos de ese camino, vemos los brazos de nuestro Dios y Padre, mirándo si nos volvemos arrepentidos a él, conocedores de que dependemos de el, y reconocemos su amor eterno y fiel.
O tal vez, nos creemos muy espirituales, tanto que superiores a otros, cargados de rituales, pero con el corazón muy envanecido de conocimientos y fabulas de doctrinas de todo viento, pero apartados del Creador.
Para pensar...gracias Ramón.